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    porque escuchas la oración.
A ti acude todo mortal,
    a causa de sus perversidades.
Nuestros delitos nos abruman,
    pero tú los perdonaste.
¡Dichoso aquel a quien tú escoges,
    al que atraes a ti para que viva en tus atrios!
Saciémonos de los bienes de tu casa,
    de los dones de tu santo templo.

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